“Entonces Jacob le dio a Esaú guiso de lentejas y algo de pan. Esaú comió, y luego se levantó y se fue. Así mostró desprecio por sus derechos de hijo mayor.”

¿Qué significa eso para mi? Esaú negocia un valor eterno por una satisfacción temporal. Se había dejado llevar por el “aquí y el ahora” sin importar el costo. La historia dirá que lo perdido para Esaú fue muchísimo más grande de lo que tal vez él alcanzó a pensar en ese momento. El principio que resalta hoy para mi vida es: poner mi enfoque en las cosas eternas más que en las cosas temporales. Un día todo lo que temporal va a terminarse y tomará relevancia lo eterno.

Para poner en práctica: Vivir por fe y no por vista, que en otras palabras es desarrollar un sentido mucho más amplio de eternidad en mi interior.