Rom 1:8-17

“Porque no me avergüenzo del evangelio, pues es el poder de Dios para la salvación de todo el que cree; del judío primeramente y también del griego.”

¿Qué significa eso para mi? Dios da el regalo de la salvación a través de la predicación del evangelio, pero el hombre debe abrir sus manos para recibirlo, por eso dice “todo el que cree”. Ese regalo dado por Dios fue un regalo que a le costó todo: entregar a su hijo amado como sacrificio por los pecados de la humanidad. Entender eso tiene que recordarme todos los días que no es cualquier regalo el que recibí sino “el mejor, máximo, invaluable” de todos los regalos que podría tener. Como no cuidarlo, como no agradecer por el, como no compartirlo con otros.

¿Cómo puedo poner en práctica hoy mi meditación en la Palabra? La salvación es para todo aquel que cree, judío o no judío, y mi tarea es predicar el evangelio que es el poder de Dios para que otros activen su fe.