Rom 2:9-16

“Porque en Dios no hay acepción de personas.”

¿Qué significa eso para mi? Todos somos iguales para Dios. No hay favoritismos ni elecciones para salvación. La salvación es un regalo costoso que está al alcance de todo aquel que quiera aceptarlo por fe. Una fe activa que trae abundancia de fruto. Tal vez por eso Jesús fue tan firme con aquellos que diciendo ser “el pueblo De Dios” no evidenciaban en sus vidas lo que se suponía. Ser el pueblo de Dios hoy no es algo de raza o cultura sino de relación y fruto. 

¿Cómo puedo poner en práctica hoy mi meditación en la Palabra? Jesús dijo “por sus frutos los conoceréis”. Revisando a diario que sea una persona que da fruto y fruto que permanezca.