Rom 9:25-33

“Pero los hijos de Israel, que se esforzaron tanto en cumplir la ley para llegar a ser justos ante Dios, nunca lo lograron. ¿Por qué no? Porque trataban de hacerse justos ante Dios por cumplir la ley en lugar de confiar en él. Tropezaron con la gran piedra en su camino.”

¿Qué significa eso para mi? La tragedia del pueblo de Israel que había invertido el orden entre la fe y las obras (la ley). Primero se decide creer con fe y al hacerlo la consecuencia de esa fe es el fruto que se ve en obras. Obviamente las obras son importantes porque ellas evidencian que hubo una fe genuina y que el Espíritu dio testimonio a mi espíritu sobre mi salvación. Poner las obras antes de la fe me convertirá en una persona legalista con una forma de ver la vida parecida a la de los religiosos de la época de Jesús (fariseos y doctores en “la ley”). 

¿Cómo puedo poner en práctica hoy mi meditación en la Palabra? Recordando que primero fue la fe en Cristo y después vinieron las obras como resultado de esa fe.